Esta ilusión patagónica para tener la sede más austral de un Mundial de fútbol contagió a las gobernaciones de Tierra del Fuego, Neuquén y Chubut, que tomaron como propia esta posibilidad y activaron los resortes políticos y económicos para ‘primerear’ la opción.
El próximo viernes será presentado en sociedad el estadio Claudio ‘Chiqui’ Tapia de Santiago del Estero, que es sede de la ilusión del noreste argentino para ser incluido en el proyecto de Mundial 2030 que tiene Argentina junto a Uruguay y Paraguay. Esta iniciativa avanzada, que proyecta el primer estadio del país desde la inauguración del Único de La Plata, impulsó el sueño de la Patagonia de proyectar reformas para tener un escenario de primer nivel para, al menos, 45 mil personas, publica el sitio deportivo Doble Amarilla.
La primera provincia que tomó la posta fue Neuquén, que por la inclinación hacia el deporte de su gobernador Omar Gutiérrez pretende capitalizar esta posibilidad para ampliar a nivel internacional el estadio Coloso Ruca Quimey de Cutral Có, con capacidad actual para 16.500 espectadores. La otra opción es construir desde cero una moderna villa deportiva que incluiría un estadio para 39.800 personas en la zona de la meseta, principal ambición de Luis Sánchez, Secretario deportivo provincial.
La otra provincia que piensa que este es su momento de liderar el proyecto ‘Patagonia mundialista’ es Chubut, que se jacta de ser la más futbolera de la región. En este caso hay una interna entre Comodoro Rivadavia y Puerto Madryn para quedarse con la iniciativa: el Municipal de la primera con capacidad para 8.300 personas ante el Raúl Conti de la segunda que puede albergar 15.000 espectadores. El gobernador Mariano Arcioni se mantiene, por el momento, al margen de esta puja interna y pidió evaluar los costos de remodelación de ambos escenarios y el potencial de utilización a futuro.
Por último, Tierra del Fuego no quiere dejar pasar la posibilidad de utilizar esta chance para transformarse en el estadio mundialista más austral y, si bien el estadio Municipal de Río Grande pretendía ser alternativa, la opción más viable es encarar el proyecto en Ushuaia, el denominado ‘Fin del Mundo’.
El Mundial 2030 está lejos pero la Patagonia no quiere caerse del mapa y soñar con poder ser una de las ocho ciudades argentinas para la posible cita.