Así lo reflexionó el vicegobernador de la provincia, Juan Carlos Arcando al referirse a la situación que atraviesan los 44 tripulantes que viajaban en el submarino ARA San Juan desde Ushuaia hacia Mar del Plata. Además expresó estar “consternado desde el día que me enteré la noticia, uno que es creyente reza, le pide a sus amigos que hagan lo mismo”.
En diálogo con el programa radial Va de Nuevo, el vicegobernador recordó que “el submarino estuvo en Ushuaia, tuve la oportunidad de navegar y conocer la tripulación pude charlar con ellos. Pertenecí a la armada y entablamos una relación en ese momento”.
Tras eso contó que “con quien más hable más allá del comandante y del segundo comandante fue con quienes estaban a cargo del puente de comando, con el timonel y con la única mujer oficial que es una teniente de navío y jefa de arma de la unidad. Iban a realizar en este adiestramiento el ingreso y salida de buzos desde el submarino en inversión. Vi el proceso que se hizo en el protocolo que se lleva adelante en este adiestramiento”.
“Ella (por la oficial) me explicó cómo era la operación junto a tres oficiales que la acompañaban, fue una charla profesional”, consideró Arcando.
Sobre los trabajos que se le habían realizado al submarino, dijo que “se lo que significa la reparación de media vida, es donde se desarma el submarino, se les cambia motor. Es cómo cuando un auto ingresa al taller para que se le hagan reparaciones mayores, queda una unidad nueva prácticamente”.
Al ser consultado sobre si ocurrió algo cuando participó de la inversión, puntualizó que “no hubo ninguna irregularidad, absolutamente nada. El profesionalismo de los hombres del submarino San Juan es excelente por eso estoy esperanzado”.
Sobre la publicación del diario La Nación que en su edición de hoy informó que habría un tripulante que se habría bajado en Ushuaia durante el viaje de ida de la nave y que habría sido reemplazado por otro marino, dijo que “no tengo conocimiento de eso”.